“El negocio es el peaje”, fue la respuesta del entonces alcalde del Callao, Alex Kouri, al ex asesor Vladimiro Montesinos, en una de las numerosas reuniones que sostuvieron en la salita del SIN, y no se equivocó, pues la Vía Expresa del Callao, concesionada a Convial Callao S.A., ha sido más que un negocio, si no veamos las cifras y también las ganancias:
Cobran S/. 1.50 por vehículo, es decir, 20 mil dólares diarios, que hace un total de 600 mil dólares mensuales, y mejor aún 7 millones 200 mil dólares al año. Llevan apenas dos años y ya han recabado alrededor de 14 millones de dólares. ¿Y cuánto deben recibir en 30 años como estipula el contrato? Pues la “simbólica” suma de 216 millones de dólares. ¿Y cuánto han invertido, según Convial? Dicen que 18 millones de dólares. ¿Y cuánto es lo que realmente se ha invertido en ese 1.8 kilómetro de pista, según los especialistas? Entre dos y tres millones de dólares “a ojo de buen cubero”, como dice el congresista Víctor Andrés García Belaunde, uno de los más férreos investigadores de este caso.
“Es la autopista más cara que se ha visto en el país y el mundo porque cada cuadra cuesta la friolera de un millón de dólares. La carretera Interoceánica que va a unir al Perú con Brasil y que se está construyendo en plena selva está costando 700 mil dólares por kilómetro”, dice el legislador.
Pero eso no es todo. Cada caseta de peaje ha costado 110 mil dólares, más caro que un departamento con vista al mar en Miraflores y ni siquiera se terminó el sector A que ya se cobra. Los sectores B y C, bien gracias, y el by pass del aeropuerto es otro conflicto.
La Municipalidad del Callao dice que no llegó a ningún acuerdo, y los del puerto aéreo dicen que no saben nada.
“¿Y cómo lo lograron? Gracias a la ayuda de Alfa Consult S.A., que le dio a Convial Callao un certificado de inversión por 18 millones de dólares. Una empresa sancionada por Ositran por falsear información, sancionada por Indecopi por usar software pirata y a la que han sacado como supervisora de las dos pistas que van a unir al Perú con el Brasil. César Peñaranda es su presidente y también es vicepresidente del Banco de Comercio y director del Indecopi. O sea que parece que tiene los favores del APRA”, apunta García Belaunde.
DATO: La Comisión de Fiscalización descubrió que el supervisor de cumplimiento de Convial, que debe fiscalizar los trabajos de dicha empresa, estaba en la planilla de Convial ganando diez mil soles mensuales. Con razón nunca vio nada. Los certificados de inversión sirvieron para conseguir dos préstamos de un banco ecuatoriano, por tres y dos millones de dólares, que se pagan puntualmente, pero con el dinero de todos los peruanos. Javier Lowry, el presidente de Convial, ha estado trabajando todo este tiempo sin visa de trabajo, lo que amerita su expulsión del Perú, pero sigue aquí.
Lina Godoy