El doctor César San Martín, presidente de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, es amigo fraterno de Santiago Fujimori y ahora juzga a Alberto Fujimori.
En los últimos días se ha discutido un proyecto de ley de Simplificación del Juicio Oral enviado al Congreso con las firmas del presidente Alan García y del premier Jorge del Castillo. Poco a poco ha quedado en claro que el doctor San Martín está vinculado a la redacción de esa propuesta. Por algo será.
Como se sabe, el proyecto, de ser aprobado, permitiría que Fujimori no acuda a las audiencias públicas e impediría que éste sea careado con Vladimiro Montesinos y otros de sus cómplices.
Se ha averiguado que el principal autor de la propuesta es el doctor Arsenio Oré Guardia, abogado de fujimoristas notables como Dionisio Romero, que fue favorecido por Montesinos en materias judiciales y económicas, y que ahora se declara admirador de los artículos de Alan García que, entre otras cosas, favorecen ¡oh sorpresa! negocios futuros de Romero.
Cuando, a raíz de la extradición de Fujimori, se difundió que San Martín presidiría la Sala de la Corte Suprema que iba a juzgar al ex dictador, hubo un coro de alabanzas a favor del magistrado. Este diario y este columnista fuimos los que entonces desentonamos.
Recordamos que ese magistrado, antiguo y estrecho amigo de Santiago Fujimori, formó parte de la Sala que en 2005 absolvió a Alberto Fujimori en el caso de corrupción por la compra de helicópteros M-17 y camionetas Mercedes-Benz. También precisamos que participó en la elaboración del informe encubridor que el régimen fujimorista remitió al Comité contra la Tortura de la ONU.
Poco después, San Martín se hizo notar por el fallo favorable a Jorge Baca Campodónico, el ex ministro de Fujimori que piloteó el rescate irregular del Banco Financiero.
García ha tenido el desparpajo de afirmar que el proyecto que ha remitido al Congreso no está destinado a favorecer a Fujimori. ¿Por qué, entonces, lo envía con carácter de urgente?
Sabido es que el alanismo controla las principales palancas del Poder Judicial, y que a través de éste favorece a genocidas y corruptos de la era Fujimori. Que todo un Presidente de la República pretenda ayudar a Fujimori en el proceso judicial y que asuma el papel de abogado de Moisés Wolfenson es un escándalo y una prueba. Una prueba de la alianza aprofujimorista que Alan García preside.
El doctor Santa María y su leal amigo Arsenio Oré confirman que en el Perú existe una ceñida trenza de Poder Ejecutivo, Poder Judicial, mayoría parlamentaria, banqueros nacionales y empresas transnacionales.Esa componenda es orgánicamente adversa a todo proyecto de democracia, justicia social y desarrollo económico. Es, por eso, contraria al Perú.