lunes, 29 de octubre de 2007

Los Libros No Muerden

Cesar Levano

El sábado último almorcé con dos amigos, uno antiquísimo y otro reciente. Ambos tienen formación académica excelente. Uno de ellos en más de una universidad europea.En algún momento del extenso diálogo tocamos este punto: el desinterés de las nuevas generaciones estudiantiles por los problemas nacionales, incluso los que más les conciernen.Ninguno de mis interlocutores alcanza mi edad. Uno está en torno a los 30 años de edad, y ha estudiado en universidades de Cusco y de Lima. Este último me cuenta de un profesor universitario que ha enseñado en París y que recientemente le confidenció: “¿Qué puedo hacer para despertar en mis alumnos el interés por los grandes asuntos? A lo mejor soy yo el que está fuera de lugar”.Varias causas crean esos jóvenes indiferentes de hoy. Una es la ausencia de ideales. Hasta hace treinta años, los muchachos vibraban con una esperanza de cambio. En mis lejanos días de colegial nocturno del “Alfonso Ugarte”, el imperecedero El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría nos hacía soñar con la justicia para el indio y el obrero.El fracaso político y moral del primer gobierno aprista, de Alan García; la quiebra del bloque soviético, por obra de un estatismo y un burocratismo rígido; la barbarie implantada por Sendero Luminoso; la incapacidad de los partidos de izquierda para avivar esperanzas, articular reclamos, incorporar a las capas medias y a los nuevos actores sociales: todo eso explica en parte el vacío del alma juvenil.Un área de ese vacío la cubre la ausencia de lecturas, el desinterés y aun el desdén por los libros. Con excepciones brillantes, desde luego. Hace algunos meses, el Le Monde parisiense publicó un reportaje sobre el habla juvenil en sectores populares de Francia: consistía ésta en unas 400 palabras a lo más, incluida una jerga particular. La televisión es la madre del carnero.La preocupación podría extenderse en el Perú a los políticos y los periodistas. Algunos hay cuyo léxico sólo es apto para el insulto. De mi largo periplo por el periodismo puedo extraer este axioma: los que leen buena literatura, gran poesía, ensayo lúcido son siempre los mejores.En ninguna función como la del periodismo es tan necesaria la lectura. El genial don Francisco de Quevedo alabó así los libros: “Si no siempre entendidos, siempre abiertos, / o enmiendan, o fecundan mis asuntos”. Quellca riman: los libros hablan, se lee en el Pachakuteq de Federico García y Pilar Roca. Ryszard Kapuscinski, el gran cronista polaco fallecido hace poco --alguien lo llamó “el García Márquez del periodismo”-- escribió en su libro Los cinco sentidos del periodista: “Creo que existe una proporción entre la lectura previa y la buena escritura: para producir una página debimos haber leído cien. Ni una menos”.

domingo, 28 de octubre de 2007

Los medios informan y ocultan a voluntad


Hay noticias que se difunden y otras que, si se pueden impedir, quedan archivadas tanto tiempo como convenga a los interesados. El control de la información es un arma poderosa que, quienes la manipulan, conocen tanto como lo ignoran las víctimas de la manipulación.
Diariamente escucho discursos en varias personas -que provienen de los medios- que son aceptados ciegamente, sin crítica alguna, por quienes los reciben. Me pregunto si la historia del futuro será la suma de historietas que nos cuentan en el presente o si habrá una reacción que impulse a los ciudadanos a pensar y a opinar por sí mismos. Dudo, dado el desequilibrio de poder entre manipuladores y manipulados, que esto ocurra.
Aunque ayer hablábamos en términos de 'explotadores y explotados', hoy la diferenciación debe acentuarse entre 'manipuladores' y 'manipulados', pues los explotados de ayer justifican su opresión con los mismos argumentos que sus explotadores utilizan para ejercerla.
La interiorización del colonizador, de la que antes hablaba Franz Fanon, hoy, gracias a la vigencia y a la velocidad de los medios de comunicación, se transforma en la interiorización del orden establecido. Orden que, en la creencia de muchos, les reserva una espacio al que, sin que ellos lo sepan, nunca accederán.
Ya la idea sembrada por la religión del paraíso terrenal nos preparó para esperar una vida mejor. Ayer, la prometían en el cielo; hoy, en el futuro. La una y la otra solo existen en nuestra imaginación. Y esta, que parece conformarse con poco, actúa de acuerdo con los parámetros que la sociedad ha sembrado en ella. Parámetros donde el modelo interiorizado es el único modelo posible y donde la felicidad parece residir en la posibilidad de hacer tanto dinero como sea posible, en separar sin mayores esfuerzos el bien del mal y en poder ejercer el derecho a la esperanza.
En esas condiciones, la mesa está servida para los manipuladores, sobre todo en estos tiempos de crecimiento económico donde, a pesar de que las distancias sociales no se acortan, existe un clima de relativo entusiasmo que se refleja en el mejoramiento de algunos indicadores que, de modo alguno, modifican los niveles de vida de los sectores postergados. Y, así como no se dice que para elevar la calidad de vida de la población mundial al nivel de los países desarrollados harían falta alrededor de siete planetas Tierra, o que, como dice Jean Ziegler: "Las 255 fortunas privadas más importantes del mundo suman, en conjunto, un billón de dólares, que equivale a la renta anual acumulada de los 2,500 millones de personas más pobres del planeta, es decir, el 40% de la población mundial. Quien quiera que ponga en peligro la riqueza excepcional de los ricos se coloca, ipso facto, fuera del mundo civilizado", tampoco se dice, o se dice solapadamente en relación con la actualidad, que los islámicos, por ejemplo, en Qatar, pintaron un blanco sobre un buque de guerra de los Estados Unidos. ¿Lo sabía? Es solo una inofensiva curiosidad entre tantas otras.

jueves, 25 de octubre de 2007

País inmóvil



Me voy a la cama y dormiré tranquilo. Me acabo de enterar de que el embajador de los Estados Unidos en el Perú, mister Peter McKinley, ha dicho que “el Perú es un buen ejemplo de combinación de democracia y crecimiento económico en la región latinoamericana”.¡Imagínense si hubiese dicho algo distinto!Si eso hubiese ocurrido, el desastre de la soberanía nacional volvería a rondarnos y dejaríamos de ser el paje melancólico de Bush –lo que tantos beneficios nos reporta–.Y no importa que para eso tengamos que arrancar cocales con las manos, enfrentar a peruanos contra peruanos, gastar nuestras rodillas al caminar airosos hacia el TLC. ¡Todo vale si Bush, el de Irak y Palestina, el de Guantánamo y Kabul, nos halaga!¡Albricias! Somos de nuevo, y como en los años de la república aristocrática, la colonia del imperio de moda. Se diría que desde que España nos tocó con su conquista hemos sido vasallos. Y a este gobierno y a sus acólitos les enamora la tutela armada de la Casa Blanca –a nivel planetario– y la silla de montar labrada por mapuches –a nivel regional–. Por eso permite que Perú-Rail y Lan hagan lo que les dé la gana. Los chilenos, siendo súbditos de Washington, son hoy, sin necesidad de venir a mearse a Lima, amos en el Perú.¡Volvemos a tener oro y amamos ser esclavos! ¡Y volvemos a hablar mal de Bolívar, el hombre que nos sacó a patadas, como merecíamos, del virreinato que queríamos seguir siendo gracias a nuestra clase dominante encomendera! ¿Que quiso ser dictador? ¡Pero si se lo rogamos en una primera instancia! Y cuando se fue y hablamos pestes de él, ¿qué es lo que hicimos? ¿No fue acaso una larga, longeva, interminable república farsante en la que sólo el dinero mandó y dejó mandar? ¿No hicimos acaso la dictadura perfecta de las pelucas empolvadas?¡Todo sigue igual! ¡Si hasta del legado de un Riva Agüero primordial seguimos hablando! Y el monseñor Cipriani, ¿no sobrevivió acaso el terremoto de Lima del año 1687? ¿Dónde está el duque de la Palata? ¿Qué carruaje es ese del que desciende el pacificador del Castillo? ¿Está loco ese caballo? ¿Por qué relincha así?¡Somos inmóviles! Si fuésemos cuánticos a nosotros no nos concerniría la hipótesis de Heissenberg sobre la incertidumbre: ¡todo observador sabría siempre que hemos estado siempre en el mismo lugar!El embajador Peter McKinley me ha hecho recordar todo esto del tiempo circular de mi país al halagarnos de tan soez manera. Porque además, como es una persona que gusta de la sinceridad, ha añadido lo siguiente: “Ha habido por parte del Perú un esfuerzo, en estos últimos años, por resolver los conflictos de las compañías estadounidenses con el gobierno en el contexto del TLC”.¿Y cuál es el contexto del TLC? ¡El de la jurisdicción internacional! ¡El de la renuncia a ser un país! ¡El de la pretensión de ser el Puerto Rico andino, un estado asociado en sociedad (Guillén)!Y en el caso de las patentes, la riqueza genética de nuestra biodiversidad, ¡lo mismo! No el poder judicial de este casi ex país sino las cortes y los tribunales donde la voz del amo canta como en los discos viejos de la RCA Victor.A Estados Unidos ya no le basta que Montesinos, su agente por muchos años, le arregle a Newmont el lío con los franceses de Yanacocha (como que se lo arregló luego de conminar al vocal Beltrán a entender “la necesidad” de favorecer a los Estados Unidos). Quiere más. Y más tendrá con este gobierno que compite con el de Colombia en la dramática carrera por saber qué perro trae el periódico y cuál las pantuflas y qué otro saluda y hace gracias mientras Bush se toma el café de la mañana y habla con la señorita Rice sobre el proceso de paz del Medio Oriente.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Salvemos candamo, salvemos candamo

Muchos creemos que la hu-manidad ha perdido la po-ca cordura que hasta hace poco parecía exhibir. Quizá no se haya tratado de cordura sino de falta de medios para terminar de destruir un planeta que agoniza lentamente por causa de esta plaga llamada especie humana. Hoy, con todos los medios tecnológicos a su alcance, parece dis-puesta a continuar con la obra de demolición que iniciaron rudimentariamente nuestros ancestros para ponerle fin a las actuales formas de vida. Sin duda, en un futuro que somos incapaces de imaginar, la vida retornará bajo otras modalidades que, ojalá, sean menos destructivas que las practicadas por el ser humano.
Esta reflexión, que es válida para todos los rincones de la Tierra donde se busca crear riqueza sin pensar en las consecuencias, nos duele hoy especialmente en el Candamo peruano, hábitat de inusitada diversidad biológica y casi una prueba viviente de toda la maravilla que la naturaleza ha sido capaz de crear. Quienes vimos la película de Daniel Winitzky, que batió récords de audiencia en la TV peruana, no olvidaremos jamás la sensación de plenitud y de agradecimiento a la vida que dicho filme nos dejó. ¡Esa maravilla era la vida, estaba al alcance de nuestra mano y era nuestra responsabilidad responder por ella! A los creyentes les recuerdo que atentar contra la vida, a menos que sea para sobrevivir, es quizá el pecado más aborrecible del ser humano pues, a fin de cuentas, la vida es lo único que realmente tenemos. Quienes no hemos sido tocados por la fe, por otra parte, sabemos de sobra que esa vida es nuestro único bien y que su abundancia, diversidad y riqueza es un motivo que parece justificar la existencia.
Embebidos en esta religión idiotizante de explotar, explotar y explotar todos los recursos existentes, se pretende sustraer 200,000 hectáreas al Candamo para buscar minerales que, además de enriquecer a unos pocos, dañarán toda la flora y la fauna de la región. Nadie en su sano juicio objeta el progreso, pero ¿es eso progreso? ¿Destruir un hábitat con capacidad para producir en el largo tiempo mucho más dinero que todos los minerales que logren extraer es realmente progreso? ¿Malograr un espacio que oxigena un territorio agobiado por la polución es progreso? Eso no es progreso. Eso es, simplemente, un disparate de quienes creen que crecer es inflarse para luego reventar. Ese es solo un negocio cortoplacista más, como tantos otros que se le pasan por la cabeza a todos quienes viven en el agobiante y enceguecedor día a día de la política. Hace 30 años que se vienen anunciando las catástrofes que hoy ocurren y no escuchamos a quienes las advirtieron. Hoy, si pasan Candamo, algunos delirios brasileros sobre la Amazonía y otros proyectos igualmente destructivos, estaremos transitando el punto más allá del cual no habrá existencia alguna que defender.
Súmese a la protesta. Entre a www.salvemoscandamo.com e inscriba su nombre entre quienes rechazan la propuesta de quitarle 200,000 hectáreas más a la vida.

LECTO-ESCRITURA

La gran pregunta es: ¿Qué hacer para mejorar la lectura y escritura?
Lectura y escritura


Haydeé Ayvar Checco, vicepresidenta de Democracia Educativa.

–¿Cómo nace esta iniciativa?–Este taller que trata acerca de un análisis de la realidad respecto a la lectura y escritura en el Perú, era necesario hacerlo. Como sabemos, el Perú se encuentra rezagado en lo que se trata a lectura y escritura; es decir, nuestros estudiantes no entienden lo que leen. Revertir esta situación no sólo debe ser tarea del Estado. La sociedad civil debe jugar un papel importante en ese sentido, Democracia Educativa se suma a esta lucha pedagógica a fin de articular esfuerzos en el desarrollo de este tema.–¿Cuál es el objetivo de este evento?–Aportar al desarrollo de las capacidades de los maestros, brindándoles herramientas necesarias y significativas que les permitirá conducir de manera muy eficiente los procesos de enseñanza y aprendizaje en la animación, la didáctica de la lectura y escritura.–¿Por qué los niños no leen?–Porque no hay programas de animación de la lectura desde primera infancia, de manera que los niños no tienen el hábito a leer, finalmente cuando llegan a ser jóvenes no les gustar leer libros para una adecuada formación. Un país que no lee está destinado a ser siempre presa de falsos profetas y charlatanes. –¿Cuál debe ser el rol del Estado?–En primer lugar, establecer una Política Pública Inclusiva e Intercultural de Lectura y Escritura, desde la primera infancia, para que el Estado en alianza con las empresas privadas, convoque a una movilización nacional sobre el tema. No solamente de carácter administrativo, sino de orden pedagógico. Para ello convocar a los especialistas expertos en esta materia para que ayuden a diseñar planes y programas para los municipios y regiones del Perú.–¿Cómo habituar la lectura en los niños?–Muchas veces, la responsabilidad no es sólo del maestro, los primeros maestros son los padres de familia, de manera que para habituarlos desde la primera infancia, los padres deben leer a sus hijos o con ellos con cariño y entusiasmo. Asimismo, destinar un espacio para la biblioteca de sus hijos con libros variados de acuerdo a sus edades e intereses. Pero no se puede descuidar la industria editorial, el establecimiento de bibliotecas públicas para niños. La lectura es un hábito que se adquiere leyendo, los niños leen cuando los padres leen.