La doctora Lourdes Flores acaba de descubrir la pólvora. Propone formar un eje estratégico con México, Colombia y Chile.
Lo malo es que la idea circula nacional e internacionalmente desde hace meses. Uno de sus portavoces fue, desde México, Jorge Castañeda, el politólogo por cuya boca habla el Departamento de Estado. Alan García ha hecho suya la posición ajena y la ha pregonado a los cuatro vientos.
Cabe suponer que la recién reelegida presidenta del PPC ha estado tan alejada del mundanal ruido, que ni siquiera ha leído los diarios –mucho menos LA PRIMERA, donde hemos dado con palo a la idea de ese eje.
En su reestreno político, Flores muestra, pues, una ausencia de repertorio.
Lo peor es que para evitar una tercera (o cuarta) caída se agarra de un clavo caliente. México, país al que China ha desplazado en gran parte del comercio con Estados Unidos, paga ahora la excesiva dependencia del Tío Sam. El régimen de Colombia tambalea a causa de su probada complicidad con los militares y paramilitares que han asesinado a miles de campesinos y a cientos de dirigentes sindicales. No es un secreto que los “paras” colombianos son, aparte de violadores de los derechos humanos, descomunales traficantes de drogas ilícitas. Chile conserva sus ambiciones –y sus preparativos bélicos– expansionistas.
La doctora Flores reaparece, así, compartiendo lo que hemos llamado el neopierolismo prochileno de Alan García y su entorno. A mal palo se arrima.
Otra “novedad” de la doctora es su posición recalcitrante no sólo frente a la política de Hugo Chávez, sino incluso a las relaciones económicas bilaterales. Su alejamiento de la actualidad le ha impedido enterarse de que Álvaro Uribe, el presidente de Colombia, ha pedido que Colombia sea admitida en el Banco del Sur, que Chávez ha creado en unión de Lula de Brasil, Kirchner de Argentina y Morales de Bolivia.
Altera a la doctora el acuerdo básico entre Alan García y Chávez para que la petrolera estatal venezolana invierta en la exploración, explotación y refinación del oro negro del Perú.
No es que los gobiernos carezcan de ideología, como livianamente sostiene García. Lo que pasa es que los acuerdos económicos exigen beneficios mutuos, y no concordancias ideológicas. Eso explica por qué Chávez vende petróleo a Estados Unidos, y éste compra los hidrocarburos de Venezuela.
La doctora Flores promete que su partido ejercerá una “oposición selectiva” frente al gobierno de García. Actitud espinosa. ¿Cómo se va a oponer a un régimen que ésta cumpliendo todas las promesas… que ella formuló en la campaña electoral?
Triste realidad de la derecha peruana, ésa que encarna y defiende a los ricos: no tiene ideas que exhibir, y las que tenía le han sido expropiadas por García y Del Castillo.
primera.