Multitudes salen a las calles. No los dejan llegar al Congreso pero igual paralizan el Centro de Lima. En el interior también se sintió el reclamo.A pesar de la campaña del Gobierno, tratando de menospreciar el reclamo del país y el derecho a la protesta, miles de trabajadores llenaron las calles, ayer, no sólo de Lima sino de diversas ciudades en el interior.
La Jornada Nacional de Lucha congregó a un mar humano que no pudo llegar al Congreso, por impedimento de las fuerzas policiales, pero que igual expresó a nivel nacional su queja.“El pueblo debe ser el verdadero protagonista de los cambios”, señaló el secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Mario Huamán. Y ese pedido de cambios hacia el Gobierno se hizo sentir más fuerte que nunca en un día en el que reinó el descontento popular. El rechazo a la política actual se oía en cada reclamo.
Las promesas incumplidas del gobierno de Alan García terminaron por cansar a los diferentes gremios de trabajadores del país. Ya no quieren más plazos, ni sufrir abusos en sus empleos, tampoco quieren seguir ganando sueldos paupérrimos frente al alza de los alimentos. Por eso la advertencia fue puesta sobre la mesa. Si no hay soluciones, habrá un reclamo más contundente: Paro nacional.
Empieza la marchaPara dejar claro que su protesta y reclamo va en serio, miles de trabajadores, encabezados por la CGTP, además del sector Salud, Educación, de Telefónica, municipales, mineros y de Construcción Civil, abarrotaron las calles de Lima entonando cánticos como “Urgente, nuevo presidente” o “la olla está vacía por culpa de García”. Asimismo, las banderolas por doquier le ponían color a la jornada de lucha.El punto de encuentro para expresar el malestar social fue la Plaza Dos de Mayo. De ahí intentarían llegar al Congreso a presentar sus reclamos.
La multitudinaria marcha tenía una sola demanda en común: el cambio de la política económica actual y mayor interés para solucionar los reclamos, entre los cuales el secretario de la CGTP, Mario Huamán, instó una mayor atención a la huelga de los mineros, de docentes universitarios, cocaleros, médicos, educación, municipales, jubilados y los despedidos, además de un apoyo a los damnificados del sur chico del Perú.
En un principio, Huamán aseguraba que, al no tener garantías, cualquier acto de violencia tendría como único responsable a Alan García. Sin embargo, el ministro del Interior, Luis Alva Castro, admitió que esta marcha contaría con las mismas facilidades y medidas de seguridad otorgada a otras. Entonces, la Policía cedió ante la muchedumbre y tuvo que acompañar la marcha por las calles capitalinas. “No pudieron detener una multitudinaria movilización y por eso el gobierno se vio obligado a dar garantías.
El presidente dijo que éramos unos cuantos, ahora tiene que tragarse sus palabras”, expresó Huamán.Acabaría en una protesta sin violencia, pese a las provocaciones desde el gobierno. Ni las marchas de ‘las portátiles apristas’, días anteriores, ni la falta de garantías para la marcha pudieron infundir miedo.El rechazo a la reciente aprobación del TLC, por parte del Senado estadounidense, también se hizo presente en la masiva manifestación. No faltaron los ataúdes con las inscripciones: “García y Bush + TLC = Q.E.P.D.”.
Al respecto, Huamán aclaró que “a los trabajadores del Perú les podrán decir de todo, menos alcahuetes del imperialismo como lo es este gobierno, que hoy (ayer) se ha arrodillado para que se firme un TLC y se apruebe. Y que va a estar en contra de la mayoría de peruanos”. Ante ello, propuso forjar una alternativa política con una coordinadora política y social que ayude a respetar los derechos laborales a los docentes mineros y todos los trabajadores.
G. Gonzales F.
W. Mayo