“Mi nombre es Erick Alberto, pero utilicé el de “Diego” para infiltrar a Patria Roja y obtener información sobre sus principales dirigentes. La Dirección de Inteligencia de la Marina, DINTEMAR, estaba intentando probar las supuestas relaciones financieras del partido con los gobiernos de Corea del Norte y Venezuela, y los vínculos que se decía existían con Sendero Luminoso. Pero como mis informes indicaban que no había pruebas de tales cosas, me calificaron de “volteado” y me amenazaron de muerte”
No es usual conversar con un agente de los servicios de inteligencia, dispuesto a contar su verdad. Erick Alberto (“Diego”) Flores Wong, identificado con DNI: 42611790, ha cumplido 32 años y tenía 20, cuando en 1995 se incorporó al Centro de Instrucción técnica Naval CITEN.
Quería ser oficial, pero carecía de recursos económicos suficientes. Así que me incorporé al Servicio Militar Obligatorio y después de tres meses empecé mi capacitación como suboficial en la rama de inteligencia”, expresan.
Tres años toma el entrenamiento de un futuro agente de la inteligencia naval. “Diego” hizo todo el proceso y se entrenó en la técnica del OVISE (observación, vigilancia, seguimiento), aprendió a abrir candados y puertas, a usar disfraces, a perseguir y evadirse de sus perseguidores.
También se familiarizó con las claves del lenguaje adaptadas de los manuales de los Estados Unidos: “Papa Romeo”, era Patria Roja; “Sierra Lima”, se refería a Sendero Luminoso; “Delta Tango” era un delincuente terrorista. Y más criollamente: un “triste”, era un objetivo que ya estaba preso; un “frío”, uno que no dará más problemas.
“En el 2002, me entregaron la misión de asistir regularmente al local del Movimiento Nueva Izquierda MNI, en jirón Miró Quesada, en el centro de Lima. Debía ganarme la confianza y encontrar la forma de incorporarme a sus organismos. Para presentarme dije que era poeta y declamé algunas cosas que había escrito. Luego empecé a participar de actividades de la juventud y poco a poco logré contactar a varios dirigentes de los que me hice amigo”
“Papa Romeo”
“Diego” iba al partido, armaba pancartas, salía con los jóvenes y se enfrentaba a la policía en las calles. Escuchaba las conferencias. Tomaba parte en los debates. Luego hacía largos recorridos y cuando estaba seguro que nadie lo seguía, se dirigía a la Base Naval, ingresaba por una puerta en la que no se registraba a los que llegaban y redactaba su informe.
“Compré libros y música de izquierda para familiarizarme con mi trabajo. Y en la base naval escuchaba la música de homenaje al Che. Buena, loco, me decían otros agentes. Recibí una lista de personas a las que debía espiar: Alberto Moreno Rojas, Oscar Felipe Ventura, Víctor Ramírez Cifuentes, Julio Céspedes Olórtegui, Rolando Breña Pantoja, Gregorio Santos Guerrero, Julio Boza Pulido, etc., el congresista Werner Cabrera, la congresista Nancy Obregón, la parlamentaria Elsa Malpartida, el padre Marco Arana Zegarra. Debía informar qué hacían, con quién se reunían y sus relaciones con las embajadas”
“Me preguntaban sobre una entrega de 20 mil dólares que Corea del Norte había hecho a Moreno en un sobre cerrado, y que había sido detectado por otro agente de apellido Balvín. Y yo contestaba que cómo iba saber eso. ¿Acaso estaba presente?, ¿y cómo sabía lo que contenía un “sobre cerrado?. También insistían que había arsenales escondidos, que la Casas del ALBA servirían para organizar guerrillas, que las FARC daban dinero y armamento, que la Misión Milagro era una forma de introducir espías venezolanos, etc. Como se dieron cuenta que estaba cambiando, que me había dado cuenta que querían obligarme a aceptar mentiras, empezaron a desconfiar”
“A mediados del 2007, el jefe de la División de Operaciones Especiales, Capitán de Corbeta AP José Granda Gamarra, me amenazó abiertamente: “te van asaltar y te van a meter cuchillo, o te pueden atropellar y nadie vio nada, o puedes desaparecer y nadie te va a encontrar…ya sabes cómo es este negocio”. También dijo que ordenaría que me internen en el pabellón 6–2 (para pacientes con problemas de salud mental) del Hospital Naval, porque mi conducta necesitaba de tratamiento psiquiátrico. Y que internado allí era probable que un accidente en la administración de las dosis dañara irreversiblemente mi salud. Por estas circunstancias solicité mi baja del servicio para posteriormente y en el momento oportuno denunciar los hechos”
“Estoy ahora decidido a hablar. Voy a pedir garantías para mi vida y la de mi familia. Pero el país debe saber para qué se siguen utilizando los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas”
Yanquis entrenan agentes peruanos
La presencia de agentes norteamericanos es frecuente en las instalaciones de la Base Naval del Callao y en la Dirección de Inteligencia de la Marina (DINTEMAR). Así lo confirma el ex agente Erick Alberto (“Diego”) Flores Wong. “Yo fui testigo de algunas de las prácticas de entrenamiento por un oficial de la Marina de Estados Unidos y una mujer que lo acompañaba. Entre los agentes usamos el mote de “los Johnnys”, para referirnos a este personal que entra y sale, como si estuviera en su casa. Para no olvidar su rostro hice un identikit de estos personajes. Los Johnnys, son expertos en comunicaciones, interceptación de teléfonos y violación de Correos Electrónicos. La Marina tiene los mejores equipos que hay en el país para la realización de este tipo de práctica. Son realmente expertos”
“También he sido testigo de la venta de información a las empresas, especialmente a las mineras, que contratan oficiales en retiro que son encargados de abrir cuentas de ahorro a los agentes, donde le depositan dinero a cambio de sus informaciones sobre partidos, gremios y ONG que pueden ser útiles para ellos”.
Unidad de Investigación
La Primera.