Concluida la 45 Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2007), tengo la impresión de que su lema era correcto pero incompleto. “Todo lo que nos falta para ser un país justo y próspero”, rezaba.
Después de escuchar a Alan García, Jorge del Castillo y demás, yo añadiría, simplemente, unos signos de admiración. La frase quedaría así: ¡Todo lo que nos falta para ser un país justo y próspero!
Creer que el Perú puede mejorar con las ideas que nos han llevado de fracaso en fracaso, con privilegios para los magnates del dinero y del egoísmo, colocándonos de hinojos ante el amo imperial, no es sólo absurdo: es un ladrido en el desierto. Suponer que invocaciones a la fe de los grandes empresarios y llamados grandilocuentes al aumento piadoso de salarios pueden mejorar las cosas, sería risible, si no fuera trágico.O, por lo menos, tragicómico. ¿No es Alan García el mismo que decretó un aumento de apenas un sol diario en el salario mínimo? ¿No es él quien, desde lo alto de su púlpito, ataca a la CGTP porque ésta lucha contra los salarios de hambre y los despidos en masa?¿Acaso no mueve a risa saber que del Castillo se jacta de que el gobierno de Alan García no quiso imponer a las grandes mineras un impuesto a las sobreganancias porque no quiere “cambiar las reglas del juego”?
En Chile, el presidente Ricardo Lagos, un socialdemócrata que nada tiene de “caviar”, sostuvo, después de que el Congreso de su país rechazara establecer un impuesto de esa naturaleza, que de todas maneras el gobierno tenía que obligar a las mineras a compartir los beneficios de la coyuntura. Del Castillo reveló, triunfalmente, que la compra de autos nuevos aumentó en 53.3 por ciento en el primer trimestre de este año. ¡Seguro que esos hipócritas que perciben el aumento del sueldo mínimo están adquiriendo autos flamantes, en lugar de taxicholos!
El panglossiano optimismo de García y del Castillo suena a falsete cuando se les coloca a la luz de los datos más recientes de la información económica y social. Leamos lo que dice Social Inclusion and Economic Development in Latin America (Inclusión Social y Desarrollo Económico en América Latina), libro que acaba de editar el Banco Interamericano de Desarrollo.
He aquí lo que allí escribe José Antonio Ocampo, Subsecretario General de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales: “Un mayor bienestar público requiere un crecimiento económico dinámico, pero éste es insuficiente cuando el modelo de crecimiento económico genera una distribución desfavorable del ingreso… la única ruta apropiada es encontrar áreas en las que el crecimiento económico y la igualdad son mutuamente complementarios”. Hay que “hacer de la igualdad la pieza central de la agenda del desarrollo”, precisa Ocampo.
¿Por qué no lo invitan a la CADE 2008?
D.C.L.
Prensa escrita