lunes, 3 de diciembre de 2007

Armarse para subyugar

Estados Unidos, principal productor, comercializador y usuario de armas en todo el planeta, se escandaliza cada vez que un país que no está a sus pies compra armas o intenta producir energía nuclear, aunque sea con fines no bélicos. Es evidente que, teniendo el monopolio de las armas, junto a sus socios, se asegura el dominio sobre el resto de naciones y puede imponer su voluntad.
Más allá de que el comercio de armas sea un negocio no criminalizado por la justicia o por el derecho internacional, a la larga siempre será criminal por su propia naturaleza. El doble rasero con el que los gringos evalúan el mundo ni siquiera precisa, dado el poder que detentan, esconderse tras el cinismo propio de los débiles. Israel puede tener bombas nucleares, Irán no. Punto. No se discute y, si se discute en la ONU, EE.UU. interpone su veto y santo remedio. Por aquí es bueno que Chile modernice sus fuerzas armadas, pero es malo que Venezuela haga lo propio. Lo atroz es que la prensa haga eco de los puntos de vista imperiales como si fueran propios. El resultado es la falsificación de la realidad que pocos objetan por pereza mental o por compartir intereses económicos con los dueños de la patraña de turno.
Si observamos lo ocurrido en Irak, con 2 millones de muertos, podremos comprobar que una acusación proveniente de EE.UU., de que se tiene o fabrica armas que ellos no permiten, es casi una sentencia anticipada de que la va a pasar muy mal. Cheney amenazó al presidente de Pakistán con regresar a su país al neolítico. Así son y así se comportan.
Qué debería decir la comunidad internacional frente a la nota de la BBC, que anuncia que Bush respaldó la decisión del Congreso de destinar fondos para crear un nuevo sistema de armamento espacial capaz de lanzar misiles contra cualquier punto de la Tierra en apenas dos horas. Se llama Falcón y costará para comenzar unos US$100 millones.
Se trata de un bombardero ultra- veloz recuperable que será puesto en órbita propulsado por un cohete. Desde el espacio podrá lanzar misiles guiados de alta precisión contra sus objetivos. Así, EE.UU. puede lanzar contraataques o ataques ante la amenaza (o ante la idea de ser amenazados) de misiles enemigos, a los que podrá interceptar en pleno vuelo sin depender de bases en el extranjero. Su Congreso también aprobó financiar un sistema de defensa por satélite.
El Falcón será costeado con un fondo especial del presupuesto de defensa de US$459 mil millones aprobado, para el año próximo, por el Congreso. El especialista en temas de defensa de la BBC, Rob Watson, indicó que la característica principal del proyecto permite "atacar globalmente con agilidad. El vehículo viajará a velocidades hipersónicas, es decir, más rápido aún que los aparatos supersónicos, podrá ser reutilizado y operará en el espacio exterior".
Si a usted, que sabe de la beligerancia gringa, le atemoriza más que Irán tenga energía nuclear o que Chávez compre helicópteros y fusiles... que esta locura, es porque sus neuronas han sido capturadas por el enemigo.
C.S.P.
Prensa escrita